jueves, 13 de octubre de 2016

Verbos irreg... ¡¿Qué!? Yo paso. Solución ludificada a un problema común.


En la última actividad de este bloque hemos intentado solucionar algún problema común en nuestras aulas utilizando para ello la ludificación. Esta ha sido mi aportación:

Uno de los problemas que nos encontramos en el aula de inglés es la dificultad de aprenderse los verbos irregulares. Para los alumnos es aburrido, tardan mucho en recordarlos, cualquier lista les parece larga e imposible de aprender… y así llegamos al bachillerato sin tener claro cuál es el pasado de “take” (y no, no es “toke” ò_ó ).

SOLUCIÓN 1
Una forma de mejorar esto mediante la gamificación consistiría en ir introduciendo los verbos poco a poco, de forma que aprendieran unos pocos cada semana. Al final de la semana, haríamos un concurso por equipos para ver cuál consigue la mejor puntuación. En el concurso de cada semana se preguntará no solo por los verbos nuevos, sino por todos los que se hayan estudiado hasta ese momento.
El concurso podría cambiar de formato cada semana y se podría parecer a los de la tele: Alta tensión (con un panel para elegir verbos del mismo grupo), Jeopardy (ganando diferente puntuación según la categoría o la dificultad), Pasapalabra… o a juegos de mesa tradicionales como el trivial, serpientes y escaleras, etc.
Como premio, el equipo ganador tendrá una recompensa divertida, como elegir unas canciones que escuchar al final de la clase, con la única condición de que las canciones estén en lengua inglesa. Estas canciones se escucharían viendo los videos de YouTube con la letra, para que ellos puedan seguir la canción a la vez, de forma que también estarán practicando el idioma.
  
SOLUCIÓN 2
Otra posibilidad es pedirles que ellos mismos confeccionen una lista de verbos irregulares fácil de aprender, pudiendo trabajar en grupos. Se les dirá que creen una presentación con algún tipo de herramienta digital (la que ellos elijan): video, presentación, mural… Todas las presentaciones se expondrán y se votará para darles varios premios distintos: a la más original, a la más divertida, a la más completa… Luego se hará una entrega de premios en el aula, con discursos de los ganadores (en plan ceremonia de los Oscars). Se les podría pedir que ellos mismos decidieran qué se va a premiar y que creen nombres curiosos para cada premio, como “Premio LMAO al video más divertido”.
Creo que ambas soluciones se pueden aplicar a otros elementos de gramática que también cuestan a veces. La primera opción podría aplicarse de forma regular para incluir todo lo que se haya trabajado hasta el momento y la segunda podría hacerse una vez por trimestre. Si hemos pedido a los alumnos que creen varios artefactos a lo largo del trimestre, podemos hacer esas votaciones al final y entregar premios a los mejores en distintas categorías.
¿Qué os parece?
Me gustaría haceros también otra pregunta: ¿creéis que sería buena idea premiar también los desastres? Es decir, es normal que cuando se piden creaciones de este tipo aparezca alguna (por el motivo que sea) que no ha quedado bien. ¿Creéis que sería bueno incluir un premio al peor trabajo o al más desastroso en plan “Premio al fail apocalíptico”, en forma de broma? O “Premio Tío, no das ni una” al que más respuestas haya fallado.
Entiendo que si se hace en broma y con sentido del humor puede ayudar a que quienes se han equivocado se lo tomen bien y simplemente decidan esforzarse más para evitar el premio la próxima vez pero también puede resultar problemático si la persona en cuestión se lo toma mal. ¿Qué haríais vosotros?

De momento solamente he recibido una respuesta, de Montserrat Rodríguez, a quien le gusta la propuesta de la música y que piensa que puede ser buena idea dar esos premios a los trabajos "defectuosos". Cree que los docentes conocemos bien a nuestros alumnos y sabemos en qué casos es posible hacer esto o no. Estoy de acuerdo con ella; una vez iniciado el curso, enseguida es fácil ver el ambiente de un determinado grupo, las distintas personalidades, etc. para poder decidir cómo enfocar nuestra tarea.

Además de esto, he intentado hacer aportaciones a las soluciones de mis compañeros. Algunas de sus propuestas han sido útilies, otras no tanto. Lógicamente, aunque hay algunas problemáticas que tienen que ver con todas las áreas, muchos de los problemas concretos a los que nos enfrentamos están directamente relacionados con la materia que enseñamos.
Seguiré atenta a las aportaciones de mis compañeros, ya que aún quedan algunos por participar. Seguro que encontraré más ideas útiles, porque si algo he visto en estos días es que hay muchas formas de añadir el juego a nuestra práctica y que puede ser de gran ayuda. Al fin y a cabo el juego ha sido, ya desde nuestra infancia, la forma más natural de aprender. ¿Por qué no utilizarlo en las aulas?

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